Marin llega donde Seiya yace inconsciente. Le pone su mascará y lo lleva a la cámara del Patriarca. Seiya recobra el conocimiento y devuelve la máscara a Marin y con su Meteoro de Pegaso, limpia el camino de las rosas diabólicas. Luego se dirige a la cámara del Patriarca, y allí encuentra a un hombre que no parece ser maligno y que está arrepentido de sus actos. El Patriarca le indica que el escudo de la estatua de Atenea, podrá destruir la flecha dorada que hiere el pecho de Atenea. Sin embargo, en el último momento ataca a Seiya y este le ataca con el Meteoro de pegaso dejándolo completamente desnudo por unos segundos, y El Patriarca llama a su armadura, en ese momento se revela como el Santo Dorado de Géminis. Sus personalidades entran en conflicto y finalmente decide quitar los cinco sentidos a Seiya.