Aída y Chema viven en secreto su relación sentimental desde hace cuatro meses. Descubiertos por Paz, la limpiadora le confiesa a su amiga sus temores sobre su nueva pareja. La pareja aprovecha cualquier ocasión para besarse a escondidas hasta que Paz finalmente les descubre. Tras reconocer el idilio ante su amiga, Aída le comenta, preocupada, que cree que su novio es un adicto al sexo.