Inma se refugia en la casa de Sebastián, el policía que colaboró en la investigación de la desaparición de su hija. Entre ellos se ha despertado una atracción especial. Ambos descubren un punto débil en Quitombo: Angelita, la abogada de Antonio. En prisión, Antonio busca al guardia Molino: “ha llegado el momento de que lo saque de allí”.