El 17 de julio de 1996, el vuelo 800 de Trans World Airlines (TWA) explotó en vuelo, se partió en dos y se estrelló en el Océano Atlántico cerca de East Moriches, causando la muerte a las 230 personas que se encontraban a bordo. El accidente se debió a un cortocircuito que llevó una chispa al tanque de combustible central, el cual estaba saturado de vapores de combustible.