El 11 de marzo de 2011, un terremoto causó un tsunami en la región de Tōhoku (noreste) de Japón. En esta película, los sobrevivientes del tsunami se reconstruyen cuando comienza la temporada de los cerezos en flor. La película es un impresionante haiku visual sobre la naturaleza efímera de la vida y sobre el poder curativo de la flor más querida de Japón.