Gérard es ingeniero en una fábrica de Créteil a las afueras de París. Su mujer Gabrielle acude a las reuniones del Movimiento de Liberación Femenino y acaba por abandonarle por razones puramente feministas. La pareja tiene un niño, Pierrot, al que Gérard ama profundamente y del que se hace cargo tras el abandono de su mujer. Un día, tras llevarle al médico, entabla una relación con Valérie, la puericultora que atiende al pequeño. Ella se preparaba para viajar a Túnez con Michel, un amante ocasional, pero acaba aceptando instalarse, durante algún tiempo, en la casa de Gérard.