Puck logra un trabajo como secretaria para el excéntrico Andreas Hallman, ganador del Premio Nobel de Literatura. Hallman es encantador, pero también un neurótico que obliga a su familia a vivir en reclusión. El ambiente en el hogar es asfixiante y una noche su hijo mayor muere. La mala salud del chico hace pensar en una muerte por causas naturales, pero poco después fallece el propio Hallman. No hay duda de que hay un asesino entre ellos. El inspector Wijk hace todo lo posible para que las piezas del rompecabezas encajen.